Francamente, me da exactamente igual que haya ganado el Goya o no. La importancia del corto que nos ocupa está en la belleza de su historia.
María ve como un niño que está en silla de ruedas llega a su colegio. Todos los alumnos lo miran de forma rara, pero pronto María se acercará a él, creándose un vinculo muy especial entre ellos. El chico tiene parálisis cerebral, y María se encargará de integrarlo y hacer posible que el muchacho sea feliz.
Me ha parecido una historia preciosa, de una calidad humana increíble, que muestra una realidad, la de muchos niños y niñas que tienen dificultades, y no encuentran la manera de sentirse iguales, de no notar la diferencia que los atrapa. Gestos mucho mas cotidianos y sencillos,como la solidaridad y el cariño hacia estos niños puede hacer que su vida en la escuela sea, a pesar de lo que puedan padecer, normal. Harina de otro costal sería definir "que es ser normal", yo lo tengo claro, pero dejo a cada uno que saque sus conclusiones.